top of page

Ayuno

Estamos a pocos días de iniciar el Santo tiempo de cuaresma y junto con la curiosidad de que este año el miércoles de ceniza cae el día de San Valentín, complicando los planes románticos de muchas parejas católicas que quieren vivir con provecho este tiempo en el que Dios nos habla al corazón y nos ofrece un nuevo tiempo para la conversión; habrá que pensar como responderle a Dios que, como el Padre misericordioso de la parábola, nos sale continuamente al encuentro esperando que volvamos a la casa paterna para unirnos en el abrazo del perdón. La Iglesia nos ha propuesto desde siempre tres ejercicios para la cuaresma: el ayuno, la oración y la limosna. Hoy quisiera proponerte pensar en una de estas tres practicas: El ayuno. Muchos reducen el ayuno cuaresmal a practicas de privación, incluso hacen cambios, entonces es común oír de muchos creyentes “yo no ayuno de comida, pero si de ver tele, o del celular …” Y así un largo etcétera, restándole importancia a la privación de comida, porque si es para hacer un sacrificio, mejor me privo de aquello de lo que me cuesta separarme y así es mejor. Este pensamiento esta mal desde su raíz porque comprende al ayuno como una practica que busca el sufrimiento de las personas, como si para contentar a Dios bastase el sufrimiento del hombre. Si así fuera la Iglesia recomendaría flagelarse en lugar de ayunar. El ayuno tiene un sentido superior: se trata de privarse del alimento, para compartirlo solidariamente con quienes viven continuamente privados del alimento. En este sentido el ayuno consiste en una practica que busca hacerme dejar de pensar en mi mismo y llevarme a ver con ojos de misericordia las realidades de opresión e injusticia que viven muchos de nuestros hermanos, por eso dice el Señor por boca de su profeta Isaías: El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Is. 58, 6-8 Por tanto, ahora que harás ayuno, si buscas privarte de alguna cosa que sea para compartirla solidariamente con quien no la tiene porque vive en pobreza, porque las injusticias de una sociedad como la nuestra se han ensañado con el con más ganas y no solamente para sufrir. Que tu ayuno te lance a luchar por un mundo más justo, más cercano a lo que Dios soñó para nosotros, entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. 

Emmanuel Barrientos Arguedas 

Coordinador Fraternitas EG


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

©2017 Camunidad Laical Fraternitas EG

  • Blogger Social Icon
  • Facebook Social Icon
bottom of page