La quinta nota
Hablemos de música un momentico. La nota musical llamada: “Sol” en notación latina, es el nombre de la quinta nota musical de la escala diatónica de do mayor (la escala musical más conocida). Esta curiosidad musical con la que he querido introducir nuestra breve reflexión del día de hoy no carece de razón.
La quinta nota musical es homónima con el astro rey, el hermano sol “el cual es día, y por el cual Dios nos alumbra. Él es bello y radiante con gran esplendor, del Altísimo, lleva significación.”
Su característico nombre nos hace pensar en luz y día, por eso podrías decir – siguiendo la imagen – que los cristianos somos hijos de la quinta nota Porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. 1Tes. 5, 5
La Iglesia, también tiene su propia escala de notas con las que construye la armoniosa sinfonía con la que eleva su alabanza a Dios con todo ser que alienta (Sal. 150, 6) y en esta escala de notas también habría una quinta nota, una nota solar. Nuestra quinta nota, característica que diferencia a la Iglesia y la define es la persecución:
“Cuentan que una vez en una audiencia dada a un colegio romano, preguntó el Papa San Pío X a un seminarista: ¿Cuántas y cuáles son las notas que distinguen a la verdadera Iglesia de Cristo? -Cuatro, padre santo: es una, santa, católica y apostólica. -¿No tiene más que cuatro? – respondió el Papa. -Y romana, añadió el seminarista. Justo dijo el Papa, pero ¿cuál es la nota más evidente? Todos callaron. Pues bien, voy a decíroslo “perseguida”. Porque se lee en el Evangelio: “Me persiguieron a Mí y os perseguirán a vosotros”. La persecución es para los católicos el pan nuestro de cada día. Esta es la señal de que somos verdaderos discípulos de Cristo. La Iglesia es perseguida, pero nunca estará desprotegida, ya que Jesucristo dijo: “Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo”. Así pues, Si la Iglesia ilumina al mundo, cumpliendo el mandato de Jesús en el Evangelio “Vosotros sois la luz del mundo; […]alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mt. 5, 14.16), colocándose delante de una humanidad herida por la oscuridad, que vaga perdida sin rumbo en un mundo lleno de violencia y voces contradictorias; lo hace sabiendo que si el mundo nos odia es por que ha odiado primero Cristo (Cfr. Jn. 15, 18).
La Iglesia es perseguida porque cumple con su misión de anunciar la Buena Noticia, que ilumina las oscuridades del hombre dejando en evidencia las raíces del pecado y las luchas del antireino que busca perpetuarse. Nosotros hemos sido testigos de esta lucha furibunda por silenciar a la Iglesia, imponiéndole la obligación de callar de modo que no pueda guiar las conciencias de sus fieles.
Ante estas acciones, y si queremos que triunfe el bien, no debemos callar, no podemos callar. Asumamos la responsabilidad que se nos impone ante la realidad que vivimos, continuemos defiendiendo los valores del Reino que Cristo entregó a su Iglesia para que los compartiera con la humanidad.
Emmanuel Barrientos Arguedas
Fraternitas EG