Para que triunfe el mal...
“Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.” Durante los días de su viaje apostólico en Chile, el Papa Francisco cito a San Alberto Hurtado, santo de la Compañía de Jesús, quien aleccionaba a sus compatriotas diciendo: “está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien”, es una frase tomada de la Meditación predicada por radio, el 4 de abril de 1944 “El deber de la caridad” en particular del siguiente párrafo:
“Hermanos en Cristo. Acuérdense que aún más valiosa que la honestidad y la piedad, es la generosidad. Recuerden que no han cumplido el deber si pueden decir solamente: no he hecho mal a nadie, pues están obligados a hacer perpetuamente buenas acciones. Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien.” En estos tiempos nuestros en los que personas y movimientos se levantan contra el gran proyecto propuesto por Cristo, nosotros estamos obligados a no desesperar, y a dejar toda actitud pasiva, debemos ser en el mundo testigos de Cristo sin importar el precio.
Esta frase y en medio de la actual coyuntura social me ha recordado otra frase, esta vez de Edmund Burke. “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.” Nosotros asistimos con sensación de impotencia ante los cambios que deterioran la sociedad y quiebran en pedazos la dignidad humana, pero es falso que no podamos hacer nada. Es falso que el mal triunfará, Dios ya lo ha vencido en la cruz de Cristo.
Nosotros, sobre todo en este momento histórico, tenemos en nuestras manos el destino de nuestra nación. No podemos delegar en otros la responsabilidad de dirigirnos como país, para luego quejarnos de cuanto nos sucede. La Iglesia provee al creyente de unos valores y criterios que pueden ayudar a elegir a quien gobierne nuestro país, resguardando ante todo nuestra soberanía y la dignidad del Ser humano.
Seamos conscientes de nuestra grave responsabilidad y atendamos a al consejo del Santo pues es necesario No dejarse vencer por el mal; al contrario, Hay que vencer al mal a fuerza de bien. (Cfr Rom. 12, 21)
Emmanuel Barrientos Arguedas
Coordinador Fraternitas Evangelii Gaudium
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