Reflexión del Santo Evangelio según san Mateo (25,14-30)

El fragmento del Evangelio que nos propone la Iglesia para este domingo puede regalarnos multitud de temas para nuestra reflexión, yo he decidido quedarme con tres que han estado resonando en mi corazón últimamente: 1. ¿A quién le has dejado el timón del barco de tu vida? Permítanme los jóvenes emproistas tomar prestada esta imagen de su espiritualidad. Imagina al último servidor de la parábola, ponte en su lugar y te darás cuenta que este ha dejado el timón de su propia vida en manos del temor y el miedo: “tuve miedo” – dijo este – y su temor, su miedo le paralizó, el talento que este había recibido no dio fruto, quedó infecundo. 2. ¿Para qué estamos en este mundo? “El hombre ha sido criado – dice san Ignacio de Loyola en el principio y fundamento – para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor” todos nosotros hemos sido creados para ser el mundo un testimonio de la acción salvadora de Dios, servirle a Él y solo a Él, dejando los miedos de lado y busca siempre el Más de su Reino, este es el servicio que ofrecemos como oblación con nuestra vida, de esta manera nuestros talentos se multiplican y “mediante esto – agrega san Ignacio – salvar nuestras almas” es hermoso pensar que al final de nuestra vida acá en la tierra oiremos la voz del bien amado maestro diciéndonos: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." 3. Todo es don y gracia: los talentos que posees, no son tuyos, en realidad los recibiste, también a ti te llamó el Señor entre los servidores a quienes y los dejó encargados de sus bienes. Por eso estas en el mundo como administrador de los bienes de tu Señor ¡Qué gran confianza la que tu Señor ha depositado en ti! Te ha confiado sus riquezas para que las extiendas por el mundo entre las naciones por eso “devolvamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo, - como decía san Francisco de Asís – y reconozcamos que todos los bienes son de él, y démosle gracias por todos a él, de quien proceden todos los bienes.” Emmanuel Barrientos A. Servidor de la Fraternidad EG Pide al Dios la gracia de Ser un buen Servidor, fiel y cumplidor. Señor, has visto lo poco que soy y aun así me amaste desde siempre con amor infinito, has visto mis dudas y titubeos, pero has confiado en mí dándome los dones de tu reino, un puesto entre los trabajadores de tu Reino, ayúdanos una vez más, no queremos enterrar tus talentos “procuraremos ser en ti útiles en todo.” Te lo pedimos porque tú eres un Dios bueno, amigo de los hombres, por los siglos de los siglos. Amén