Reflexión sobre San Francisco de Asís

Cuando me propusiste, querido hermano mio, escribir una breve reflexión para celebrar el día de San Francisco me vino a la cabeza aquel pasaje del Evangelio en el que Jesús vuelto hacia la gente comienza hablar de su amigo, el Bautista, diciendo: “¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios de los reyes. Pero, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta” Mt. 11, 7-9. Cuando nos asomamos con asombro a este día, con el corazón en fiesta, hemos de escuchar la pregunta que Jesús hacía a sus contemporáneos ¿Qué salisteis a ver al desierto frío que era el corazón de la humanidad alejada del Dios Abba anunciado por Jesús? A un hombre cuya magra figura, le asemejaba a una caña sacudida por el viento, hombre de penitencia y sencillez con un corazón grande cuyo amor se le salía por el cuerpo, se le escapaba por las llagas santas con las que Cristo le desposaba con Madonna Pobreza. Pero ¿Qué salisteis a Ver? Ciertamente no a un hombre vestido con ricos ropajes, a esos los podrías haber encontrado entre los palacios de los principales, los señores, los mayores de su tiempo. No, no entre la gente pobre, los sencillos, los pequeños y leprosos, entre los hermanos menores. Aquel joven al que las modas y las posesiones le estorbaban tanto que para seguir al crucificado (que por nosotros murió desnudo) se despojó de cuantas posesiones tenía, ya no valían herencias, y buen nombre, el honor y las cortes le abrumaban. Ahora seguía desnudo a su Señor. ¿Qué salisteis a ver? Nos repite por tercera vez el maestro de Galilea, el carpintero de limpia mirada y de corazón amplio donde todos tienen cabida. ¿Qué salisteis a ver? ¿A un profeta? ¡Si! Y os digo que es uno que es más que profeta. un frailecillo enjuto de carnes que Amó, que ama!!! Porque su corazón sigue amando en cada uno de sus hijos e hijas, en nosotros, querido hermano mío que le tenemos como uno de los Padres espirituales de esta comunidad y especial protector. Pero de nada nos serviría tan grande Padre si nosotros, sus hijos no buscásemos andar por el mismo camino que el anduvo, recuerda lo que él dijo: “De donde es una gran vergüenza para nosotros, siervos de Dios, que los santos hicieron las obras y nosotros, recitándolas, queremos recibir gloria y honor.” (adm. VI). El camino, ya lo sabes y si no lo recordarás santa Clara nos dice: “El Hijo de Dios se ha hecho para nosotras camino, que con la palabra y el ejemplo nos mostró y enseñó nuestro bienaventurado padre Francisco, verdadero amante e imitador suyo.” Anda con Dios por ese camino que es Cristo, vía segura para llegar al Padre, y no te perderás y adelanta al Santo de Asís, sea esta tu gloria y corona. ¡Feliz día de San Francisco! Emmanuel Barrientos Arguedas Fraternitas EG